El genero documental lleva ya unos cuantos años en que nos está dando grandes oportunidades de conocer historias que no aparecen en los medios de comunicación tradicionales y en muchos casos, sin dejar de lado el hacerlo de una manera entretenida e interesante.
The internet´s own boy nos cuenta la historia de Aaron Swartz, un genio precoz que dedico su vida a utilizar su ingenio y su inteligencia a buscar un mundo mejor o al menos uno más solidario.
Vaya por delante que en muchas ocasiones estos documentales, estas historias sobre acontecimientos del primer mundo nos hacen olvidar los dramas que existen en el mundo no visible. Las condiciones vitales a las que se enfrenta cada día la mayor parte de la población mundial hacen que lo que se entiende como problemas en nuestro primer mundo, parezcan sin sentido.
También podemos tener el punto de vista de ver en estos documentales una forma de denunciar las prácticas de aquellos que controlan el devenir del mundo y al final, de nuestras propias vidas.
Aaron Swartz fue una figura al nivel de Bill Gates o Steve Jobs pero mucho más desconocido para el público general que aquellos. Quizá fue por su corta vida o porque sus objetivos fueran totalmente distintos a los de aquellas dos superestrellas de la tecnología que nos rodea.
El documental es una serie de cabezas parlantes entre las que se encuentran familiares, amigos, abogados, político... que nos van narrando la vida de Aaron desde niño hasta su fallecimiento en 2013 y a través de ellos y de entrevistas que se le realizaron en vida por diversos medios de comunicación, podemos conocer su objetivo de crear una red de internet más solidaria y de defender el conocimiento humano, no como algo a ser gestionado por grandes corporaciones de derechos de autor si no, como un patrimonio de la propia humanidad.
Es un documental amable, podríamos pensar que no se habla de ningún lado oscuro de Aaron; pero quizá no lo tuviera y simplemente fuera tal y como nos lo muestran, un genio que no quiso utilizar su capacidad, su inteligencia para enriquecerse o enriquecer a una compañía, si no en dedicarlo totalmente a la justicia e igualdad en internet.
Hay quién podría reducir el documental a una apología de la piratería pero creo que sería un error; sus ideales perseguían unas leyes justas para una tecnología (internet) que va más rápido que las legislaciones y que general miedos, como todas las novedades, especialmente en aquellos que ven peligrar el viejo estado de las cosas y sobre todo, sus intereses.
Quizá no sea el mejor documental que se pueda ver ahora mismo, pero es un documental muy entretenido por la forma en que está montado y que nos puede hacer reflexionar sobre lo que se ha convertido en algo común en nuestro día a día y que habitualmente no nos cuestionamos.
Triste que Aaron debería fallecer para que se contara su historia, aunque aquí queda su historia para quién pueda seguir con sus ideales.
En esta ocasión poco que decir del equipo técnico, su director Brian Knappenberger tiene varios documentales para televisión y su anterior trabajo está relacionado con éste, una visión de la historia del hacktivismo.
El documental comienza con una cita de Thoreau que puede hacer que más de uno os dediquéis a verla.
La recomendación de esta reseña es el grupo de A Coruña, Ekkaia, precursores del neo crust en la península ibérica y referentes a nivel mundial. Y para aquellos que les vayan los sonidos más suaves pero igual de emocionantes, alguno de sus componentes está ahora en Sangre de Muérdago, folk galáico del que atrapa y nunca te suelta.
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